Isla Architects diseña Lover’s House, un colorido refugio integrado en el paisaje de Santa María del Camí, en la isla de Mallorca.
En el corazón de la isla de Mallorca, en Santa María, se encuentra Lover´s House. El acceso al refugio mallorquín, se realiza atravesando el pinar desde el camino hasta que se llega a la casa, que se presenta totalmente cerrada. Una rampa nos guía hacia la entrada atravesando un jardín silvestre en paralelo a uno de los muros. Ya en el porche, una gran puerta pivotante de suelo a techo se abre invitándonos a entrar.
La vivienda insertada en un terreno rústico, se encuentra rodeada de viñedos y protegida por un pinar plantado por el propio cliente, con sol durante todo el día y vistas privilegiadas de la Tramuntana. El estudio de arquitectura Isla Architects ha tenido que convertir un esqueleto en obras en una vivienda que destacará en el mercado inmobiliario mallorquín, ofreciendo un lugar en el que poder disfrutar de la isla y de su clima.
Para dar forma a Lover’s House, el estudio de arquitectos, fundado por Marta Colón y Juan Palencia, se inspiran en la obra de arquitecto español José Antonio Coderch: “el programa de la casa se desarrolla en varios ejes que se articulan a lo largo de una serie de muros dispuestos en dirección Norte-Sur”, nos cuentan Isla Architects.
El recibidor, que se estira hacia ambos lados del patio longitudinal nos da acceso a las habitaciones. La habitación de invitados ocupa el primer volumen de la vivienda y cuenta con su propio patio. En el ala Sur se ubican el resto de habitaciones, dos dormitorios gemelos con baño compartido, abiertos al jardín, y el principal, que se abre a mediodía con un gran patio abierto, rematado por un banco de hormigón coloreado. La cocina se sitúa al Norte, independiente y a su vez conectada visualmente con el salón, contando con su propio patio abierto a las montañas gemelas de Alaró. Y finalmente el salón, que se sitúa en la crujía más amplia de la casa, con vistas panorámicas sobre la montaña y el jardín. Una ventana exterior se recorta en el muro Oeste y nos conecta visualmente con la piscina, permitiendo que los reflejos inunden las vigas de la habitación. La piscina se separa de la casa para darle su propio espacio, y se desliza como otro volumen más de la vivienda que emerge del terreno, permitiendo hacer largos entre la Tramuntana y el Puig de Ses Coves.
Isla Architects plantea una materialidad que permita camuflar la casa con el paisaje. En el exterior, los muros se revocan con un mortero de cal rugosos de color óxido haciendo que la casa se funda con el terreno, integrando la arquitectura al paisaje mallorquín. En el interior la paleta se reduce al hormigón tintado del mismo color encarnado, blanco, cobre y madera natural, aportando a la vivienda una luz cálida y natural. El suelo, fabricado localmente por Huguet y diseñado para esta casa, entra y sale de la vivienda diluyendo su límite, mientras que una serie de elementos también de hormigón rojo -lavabos, duchas, fiolas, chimenea y bancos- equipan los diferentes espacios de la casa. Esta limitada paleta de materiales revela la sencilla geometría del edificio y crea una continuidad visual y táctil entre la arquitectura y su entorno. Monocroma y vibrante a la vez, la casa varía durante el día, reaccionando al sol y el territorio, desvelando su movimiento a través de sombras y pequeños cambios en la superficie de sus materiales.
Proyecto: Isla Architects
Cliente: Privado
Ubicación: Santa María, Mallorca (España)
Fotografía: Luis Díaz Díaz