Con escasos 42 metros cuadrados, Francesc Rifé Studio diseña Vivienda en El Putxet, un pequeño y anodino apartamento donde el interiorista catalán consigue crear una sensación de mayor amplitud gracias a los tonos claros y una estética minimalista.
Ubicado en el barrio barcelonés de El Putxet, el propietario buscaba convertir el reducido apartamento en un lugar tranquilo para el estudio y la introspección. Con una dimensión de 42 metros cuadrados y una altura muy justa, el nuevo diseño, además de minucioso y neutral, buscaba que todo se sintiera más grande de lo que realmente es.
“En espacios tan reducidos cada gesto, cada objeto, cada línea cuenta.”
–Francesc Rifé
A partir de dos volúmenes significativos se organiza la circulación: por un lado, la cocina abierta flanqueada por una mesa y un diminuto recibidor donde se aísla la zona de lavado; por el otro, un módulo-contenedor que se extiende a lo largo del distribuidor y oculta armarios y elementos que visualmente generan ruido. Entre la única habitación y la sala de estar se ubica estratégicamente el sistema de climatización con el fin de dar servicio a toda la vivienda. En otro acto de orden, se han integrado las puertas entre los paramentos para conseguir que pasen desapercibidas, tanto si están abiertas como cerradas. El baño, enfrentado al dormitorio, se ha proyectado parcialmente en mármol de Dolomita para provocar en él una atmósfera más pulcra.
Los diferentes tonos de gris cálido –que bañan el suelo de resina, las paredes y el mobiliario a medida– mientras que un juego de paneles de inspiración japonesa tamiza la entrada de luz desde la fachada y acentúa los matices de este color en las superficies. La magia del proyecto reside también en los libros. La estantería Noa, diseñada por Carme Pinós para Santa&Cole, viste el espacio principal albergando parte de la biblioteca del cliente.
Su estructura grisácea comparte el mismo estado de ánimo que el resto del diseño. Un enfoque sencillo y neutro que refuerza la presencia de algunos objetos, ya sean libros o piezas singulares de mobiliario como la silla Bo-62 diseñada por Finn Juhl en 1953. En definitiva, un enriquecedor intercambio entre continente y contenido.
Proyecto: Francesc Rifé Studio
Cliente: Privado
Ubicación: Barcelona (España)
Fotografía: Javier Márquez
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